Pierre Curie, el marido de Marie Curie, murió atropellado
por un carruaje en abril de 1906, unos meses después de que un joven hasta el
momento desconocido publicara la teoría que revolucionaría la concepción del
Universo y alzaría su nombre hasta la posteridad.
Marie y Pierre en el laboratorio |
Aquí un helador fragmento del
diario escrito por Marie tras su muerte entre los oscuros y silenciosos
rincones del laboratorio, donde se fraguaron 2 premios Nobel y donde Marie se
encerró para olvidar el dolor de la pérdida de Pierre:
"Querido Pierre, a quien ya nunca más veré, quiero hablarte en el
silencio de este laboratorio, en dónde nunca pensé que tendría que vivir sin
ti... Tus labios, que en otro tiempo yo llamaba golosos, están lívidos y
descoloridos. Tu pequeña barba grisea. Apenas se ven tus cabellos, porque la
herida comienza allí, y por encima de la frente, a la derecha, aparece el hueso
que ha saltado. ¡Ah, cuánto has sufirdo, cuánto has sangrado! Tus ropas están
inundadas de sangre. Qué terrible choque ha sufrido tu cabeza, que yo acariciaba
tan a menudo con las dos manos ... He besado las pestañas que tú solías bajar
para que yo las besase, ofreciéndome la cabeza con un movimiento natural... Te
pusimos sobre el ataúd el sábado por la mañana y durante el transporte he
sostenido tu cabeza. Dejamos el último beso sobre tu rostro frío. Luego,
pusimos algunas flores del jardín en el féretro, junto con aquel pequeño
retrato mío al que llamabas "el de la estudiantita muy sensata" que
tú amabas.
Tu ataúd se ha cerrado y ya no puedo verte. No admito que te tapen
con ese horrible trapo negro. Lo cubro de flores y me siento junto a él... Puse
mi cabeza sobre (el ataúd)... y con gran tristeza te hablé. Te dije que te
amaba y que siempre te había amado con todo mi corazón... Te prometí que nunca
daría a otro el lugar que habías ocupado en mi vida y que trataría de vivir
como tú hubieras querido que lo hiciese. Y me pareció que de ese frío contacto
de mi cabeza con el ataúd surgió algo así como la tranquilidad y la intuición
de que todavía encontraría el coraje para vivir. ¿Fue esto una ilusión o una
acumulación de energía que procedía de ti y que se condensó en el exterior del
ataúd... como un acto de caridad por tu parte?.. Te llevamos a Sceaux y te
vimos descender al profundo agujero. Luego un horrible desfile de gente.
Quieren llevarnos de allí... Jacques (Curie) y yo nos resistimos, queremos
verlo todo hasta el final. Llenan la fosa, colocan ramos de flores. Pierre
duerme su último sueño bajo la tierra y es el final de todo, de todo, de todo..."
Más fragmentos de su diario aquí.
Por otra parte, también tenemos un fragmento escrito por Frédéric Joliot-Curie, marido de Irène Joliot-Curie, hija de Marie y Pierre:
Marie, Pierre y su hija Irène |
«Marie Curie fue testimonio de nuestras investigaciones, y jamás olvidaré la expresión de intensa alegría que manifestó cuando Irène y yo le mostramos, en un pequeño tubo de vidrio, el primer radioelemento artificial. Todavía la veo, tomando entre sus dedos, quemados ya por el radio, ese pequeño tubo con radioelemento, cuya actividad era muy débil. Para comprobar lo que le anunciábamos, lo aproximó a un contador Geiger-Müller y pudo oír las numerosas señales del contador de radiación.
Marie Curie y su hija Irène |
Esta fue sin duda la última gran satisfacción de su vida. Unos meses más tarde, Marie Curie fallecía a causa de la leucemia».
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